Dicen que 400 años y nunca procesionó, no lleva un madroño en la mano, lleva la campanita en su mano derecha, el pastor de Colomera oyó un repique de campanas en la lejanía y se encontró con el bendito simulacro, el Chocolatín Bendito, como gusta decir a sus devotos, la Aceituna Bendita y, Ella, en su representación egabrense aparece con esa campanita que recuerda la llamada al pastor.
Sobre un templete elegante que recuerda al templete romero de la patrona de Andújar pero con personalidad propia procesionaba la tarde del 15 de agosto por primera vez en su historia la Virgen de la Cabeza desde la parroquia de Santo Domingo de Cabra. Tremolar de banderas, varas adornadas, bandas sobre el pecho, los vivas y las palmas a la Morenita hizo que nos trasladáramos al Cerro del Cabezo en una tarde agosteña en pleno corazón de la Subbética.